Las tarjetas de memorias son las compañeras indispensables en cualquiera de nuestros viajes. Con ellas y nuestra cámara guardamos todos aquellos momentos, ya sea en forma de imagen o en vídeo, para posteriormente verlos y compartirlos con nuestros amigos y familiares. Son fáciles de usar pero necesitan un nexo de unión elemental para pasarlas a nuestro ordenador: un cable.
Esto era así hasta hace poco: un cable USB, conectamos al ordenador y empezamos a sincronizar imágenes. Sin embargo, con la aparición y popularización de las conexiones WiFi en SanDisk decidieron que sería una gran idea aprovechar esta tecnología para hacer más fácil este proceso. De esta unión salieron las tarjetas Eye-Fi.