Las smarthome o casas inteligentes se están introduciendo cada vez más en nuestra vida. Lo que antes llamábamos domótica crece a pasos agigantados y, de hecho, el último estudio de mercado de CEDOM (Asociación Española de domótica e Inmótica) refleja que la cifra de negocio en 2015 aumentó en doce puntos sobre el año anterior.
Lejos queda ya aquella acepción de “casa inteligente” en la que nos imaginábamos nuestro hogar totalmente automatizado, frío y aséptico. Muy al contrario, lo que ahora entendemos como Smarthome es una modificación sustancial de nuestra casa pero sin grandes cambios externos: gestión de la energía, personalización de funciones como la iluminación o el sonido, etc.