No cabe duda de que las unidades SSD han supuesto toda una revolución informática, tal vez la más grande desde la llegada de las tarjetas gráficas 3D. Hasta el ordenador más viejo parece volar cuando recibe una, pero no están exentas de inconvenientes. De entrada, son bastante cara si miramos la relación €/GB. Mucho más que los lentísimos discos duros convencionales, muy económicos y de gran capacidad, pero de rendimiento muy bajo.
Una opción intermedia son los discos duros híbridos, que no han gozado de gran popularidad. Y entre unos y otros llega ahora una nueva tecnología: Optane. Este es el nombre que reciben las unidades de memoria 3D XPoint desarrolladas por Intel, que básicamente meten el turbo para que un equipo con un disco duro clásico corra en ocasiones como si tuviera una SSD. Suena imposible, pero no lo es.