Sala de espera repleta de gente. Comida en un restaurante donde no cabe un alfiler. Niños que no saben quedarse quietos. Padres que, ante el temor de que sus vástagos molesten a los demás, sacan su móvil más rápidos que un cowboy su arma en el Viejo Oeste para ofrecérselo a sus hijos y que se queden tranquilos mientras ven unos vídeos en YouTube. ¿Le suena?
Lo maravilloso, además, de esta aplicación es que, si no gusta el vídeo que se está viendo o cuando éste se acaba, basta dar un toquecito con el dedo para que se inicie una nueva reproducción. Y de ésta, a otra. Incluso a una de las sugerencias que nos ofrece la propia YouTube.
Pero, ¿es YouTube algo apropiado para los niños?